CRÈME BRULÉE

La verdad es que dos años atrás éste no era un postre que me llamara mucho la atención, lo había probado, pero no me parecía nada del otro mundo. Cuando me mudé a Santiago descubrí que era el postre preferido de mi pololo y que cada vez que salíamos a comer afuera lo pedía...asique un día quise sorprenderlo y lo preparé en casa. La primera vez me salió más o menos, la segunda muchisimo mejor y hoy ya estoy hecha una experta jaja, hasta terminó siendo uno de mis postres preferidos. Este postre de origen francés tiene muy pocos pasos, y si bien es muy fácil hacerlo, lo más complicado es agarrarle la mano al tiempo de cocción y que no se pase...

Ingredientes:
3 yemas
45 gr de azúcar
75 cc de leche
125 cc de crema de leche
1 chaucha de vainilla
Azúcar rubia

En un bowl colocar las yemas, el azúcar, la crema, la leche y mezclar bien. Cortar la chaucha de vainilla al medio a lo largo, raspar el interior con un cuchillo para sacarle todas las semillas e incorporarlas a la preparación anterior. Dejar reposar en la heladera durante una hora. Pasar la preparación por un colador y con la ayuda de un cucharón verterla en moldecitos individuales (2 moldes del tamaño clásico o 4 más chicos), llenándolos hasta una tercera parte. Cocinar en horno a 100º C, a baño de María (en una placa profunda para horno colocar los moldes y verter agua dentro de la placa) durante 60 minutos aprox (la crema está lista cuando empieza a espesar el centro). Dejar enfriar a temperatura ambiente y después colocar en la heladera.  Espolvorear la superficie de la crema con el azúcar y quemar con soplete. 

Tips: Lo más rico de la crème brulée es esa capa de caramelo en la parte superior. Existen varias maneras de hacerla: la más fácil es con un soplete chiquito para cocina, pero no mucha gente lo tiene; otra forma es colocando los moldes una vez que ya tienen en azúcar por encima otra vez en horno, debajo de la rejilla del grill, unos diez minutos hasta que se forme el caramelo, pero hay que tener cuidado de que no se quemen. Por último podemos usar una cuchara que se calienta a fuego directo en la hornalla y que se posa sobre la capa de azúcar.